Cinco millones de unidades (que se dice pronto) ha despachado en solo una semana «Battlefield 3», el último zafarrancho de una de las sagas decanas del género bélico que, desde que hace nueve años puso una pica en territorio PC con el memorable «Battlefield 1942», no ha hecho más que conquistar territorio. Precisamente hacia esos días de gloria regresa la obra cumbre de DICE, unos estudios más suecos que ABBA pero que desde luego no se hacen los ídems cuando se trata de lanzar la artillería pesada. Todo ello, gracias a su flamante motor Frostbite2, que garantiza una mayor brillantez gráfica, unos teatros de operaciones repletos de acción y un supersonido que nos traslada directamente al cogollo de la refriega. Y menudo tomate, ya que el argumento nos propone una campaña completa en la que nos meteremos en la piel de un marine de élite yanqui que tendrá que llevar a cabo misiones en puntos calientes (y magistralmente localizados) de Europa, Oriente Medio y Norteamérica.
Precisamente esa sensación de adrenalina in situ es la que más nos cautiva y engancha: no hay más que comprobar la primera misión en territorio iraní, aderezada por un bonito terremoto como broche de oro, por si hiciera falta añadir más leña al fuego cruzado. Claro que, a continuación, y mientras nos arrastramos por una tubería, seremos atacado no por un escuadrón rebelde ni por un mercenario kamikaze, sino por una vulgar rata de cloaca con los dientes afilados. Moraleja: no hay enemigo pequeño ni fumando la pipa de la paz.
El único pero que se le puede achacar al juego es su escueta duración en el modo offline (unas siete horas), pero es que, ah amigo, no diga «Battlefield», diga magistral combate multijugador a gran escala. Porque es ahí donde esta saga siempre ha dado el do de pecho (palomo) y ha enseñado sus galones con poderío. Y aquí no se quedan atrás, empezando por el modo Conquista, clásico entre los clásicos que aquí se refuerza a base de impresionantes mapas y batallas sin descanso ni cuartel. Hasta 64 jugadores pueden gozar tranquilamente de algunas de sus hazañas y repartirse el botín de un armamento abrumador (AK7, M16, G36C, M249, Mk11…) y unos vehículos por tierra, mar y aire de elevado virtuosismo. Lo dicho, un juego con los bíceps de acero que no se arruga ni ante la competencia que se le viene encima justamente mañana («Call of Duty. Modern Warfare 3», evidentemente, que ya pidiendo guerra en Xbox Live). Pero esa es otra historia…
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