«Halo Anniversary»: la X mayúscula de Xbox



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¿Os acordáis dónde estábais hace justamente diez años? Yo de luna de miel, pero pensando (bajito y sin que se enterase mi santa, claro) que, a la vuelta, me esperaba en el nido un armatoste casi mágico con pinta de transformador de materia de alguna novela de Arthur C. Clarke: ¡la Xbox!Diez años ya, cómo pasa el tiempo. Recuerdo también cuando, unas semanas antes, la probamos unos cuantos periodistas en las oficinas de Microsoft, creo que con el «NBA Inside drive» (la pregunta recurrente era si salía un rookie zangolotino llamado Pau Gasol). La impresión era buena, a pesar del mando «troncomóvil» muy vintage también, pero se antojaba misión casi imposible luchar contra gigantes como Sony y Nintendo (por no hablar del todopoderoso PC), sobre todo viendo el reciente fracaso de la Dreamcast (consola de Sega con la que colaboró Microsoft, por cierto), y, de rebote, de la Pippin, gran cagada de ese «Leonardo/Einstein/Edison/John Holmes/Dios» que para algunos fue Steve Jobs, que en gloria esté. Pero la Xbox lo intentó. Y la Xbox360 lo volvió a intentar, aunque la competencia se reía igual que LeBron se choteaba de Nowitzki en las últimas Finales de la NBA. Y ya se sabe, quien ríe el último… A día de hoy, la Xbox360 es la consola de sobremesa preferida para muchos, pero muchos, muchos. Tal vez gran culpa de esto la tenga «Halo», la piedra angular, el jugador franquicia, el cimiento madre sin el que seguramente no existiría «Gears of War», ni «Fable», ni «Forza Motorsport» ni nada. Evidentemente, Microsoft tenía que homenajear como Dios manda a su abuelo y eso ha hecho con «Halo: Combat Evolved Anniversary», una puesta a punto del original que respira mejor gracias a algunos chutes energéticos y hasta 3D que 343 Industries le ha regalado, sin copago ni nada. Hay que decir que este título es, ante todo, una operación de nostalgia y de «standing ovation» franca y sincera (su precio es razonable), ya que no oculta su condición de remake, por muchos extras y mapas de bonus track que le ponga. Para disfrutarlo en su justa medida hay que haber estado ahí, en 2001, y rememorar el auténtico shock que constituyó «Halo» para los jugones ya veteranos. Por supuesto, las modalidades de juego y la tajada online se ven amplificadas, aunque también el inevitable goteo de DLC, una de las plagas de nuestros tiempos de crisis donde hay que poner el cazo como sea.

Dicho esto, pasemos al tema más peliagudo: ¿cómo valorar «Halo Anniversary»? ¿Como un juego independiente o como el regalo de cumpleaños retro que es? Si es lo primero, le daríamos un 6 (estamos en 2011, mal que nos pese a algunos, y las primeras misiones «doomizadas» y con enemigos tipo gremlins, vistas por un usuario moderno, quizá le provocarían risa floja). Si es lo segundo, un 9 alto. Precisamente ayer un amigo tuitero nos comentaba el poco tino de algunos medios digitales con las puntuaciones y los análisis. Personalmente, siempre he sido enemigo de cifras, estrellitas y similares, ya que simplifican demasiado el trabajo que supone probar largamente un juego, buscarle las cosquillas y escribir un análisis poniendo unos cuantos puntos sobre unas cuantas íes. También porque una nota fría no admite muchos matices, y condiciona al lector hasta el punto de hacerle dudar de la objetividad y hasta independencia del especialista (un 8 en un juego puede ser más elogioso que un 9 en otro, aunque sea difícil de digerir). Pero en fin, no nos enrollemos mucho, que se nota que es viernes. Felicidades a Xbox y felicidades al Jefe Maestro, que está hecho un chaval, y más que lo va a estar con la cuarta parte, en la 360, en la 720 o en la que sea.

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