«Capitán América: Supersoldado»: a escudazo limpio

En el verano los superhéroes suelen aflorar con la misma supervelocidad que los horteras en chancletas «flip-flop» (así le llamaban a Bill Laimbeer, que también tuvo un videojuego bastante macarra y mamporrero, por cierto) y pantalones cortos color corcho. Sin ir más lejos, acaban de aterrizar «Green Lantern: Rise of the manhunters» y «Capitán América: Supersoldado». Como el primero aún no lo he probado, centrémonos en el segundo, que además nos recuerda algún título de los primeros años 90 donde tan peculiar héroe campaba por sus anchas con una entrañable desubicación. Porque Capitán América es todo un superhero retrofuturista, auténtico inspirador de los celebrados Watchmen, como se puede observar en este título, empezando por unos gráficos vintage que, para algunos, son su punto débil. La verdad es que a mí no me molestaron, ni mucho menos. Es más, la ambientación ocre y terrosa de los escenarios y los esbirros de Red Skull e Hydra está bastante lograda, sobre todo en las fases de trinchera y pasadizo con que nos toparemos. Quizá la tajada plataformera, demasiado saltimbanqui y circense, deja algo más que desear, pero otro de los bíceps del juego, sus combates cuerpo a cuerpo, son notables y variados, incluso sin desplegar un amplio catálogo de combos. Y luego ese castillo postgótico donde parece que va a asomar Vincent Price en cualquier momento para invitarnos a un ponche de menta… Desde luego, la duración es escueta, los puzles algo infantiles (emparejar números, provocar cortocircuitos…) y los personajes no pasarán a la historia por su estudio psicológico, pero para pasar un rato después del gazpacho de la merienda, está fetén. Ánimo, cada vez queda menos para la secuela de «Arkham Asylum»… Por cierto, la peli del Capi se estrena el viernes 5 y la del gusiluz verde, el viernes 29.

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